Los valores: ¿se enseñan o se modelan?

Les cuento que cuando estaba realizando mi disertación doctoral sobre la enseñanza de valores por maestros, visité varias escuelas para que educadores participaran de la investigación. Fue muy interesante escuchar a los maestros conversar respecto a cómo ellos incluyen los valores universales en la sala de clases. Algunos compartían la reflexión del día con sus estudiantes, me mostraban sus planes de trabajo, materiales y proyectos con el fin de reforzar los valores. Fue una gran experiencia de aprendizaje desde la perspectiva escolar, profesional y personal.  Otros maestros, sin embargo, se abstuvieron de participar en el estudio porque entendían que ellos no eran los que tenían que enseñar valores en la escuela, afirmando que los padres y familias en el hogar son los responsables de enseñarlos a sus hijos. Otros decían que los valores no se enseñan, sino que se modelan y por eso no los integraban como parte de sus currículos. Les confieso que fue impactante para mí escuchar esos argumentos, pero respetuosamente les agradecía el tiempo y me acercaba a otros participantes.

De esta experiencia aprendí que es necesario escuchar argumentos y opiniones diferentes a los que la mayoría de las personas creen por que te hacen madurar y crecer como ser humano. Aprendes a respetar lo que piensan los demás aunque no estés totalmente de acuerdo con ellos. Por otro lado, me hizo pensar un rato en sus expresiones y tratar de entenderlas positivamente.

De aquí es que surgen las preguntas desafiantes: ¿A quién le corresponde enseñar valores a los niños? ¿Acaso es a padres, familias o es una responsabilidad de la escuela? ¿Realmente los valores se enseñan o se modelan?

Los padres y las familias son los principales responsables de enseñar y  modelar los valores desde el primer sistema de los niños, que es el hogar y su entorno. Sabemos de la importancia que tiene el aprendizaje y el modelaje desde temprana edad para que crezcan con buenos pensamientos y comportamientos. Es desde el núcleo del hogar que el niño comienza a aprender por observación conductas, hábitos y creencias. De manera, que es desde el hogar, el mejor lugar y momento para enseñar intencionalmente los valores, pero más aún modelar conductas positivas.  Se enseñan valores cuando aprovechamos las situaciones que surgen para reforzar positivamente conductas apropiadas y también para resaltar las consecuencias de las conductas negativas. Aquí es que enseñamos valores a nuestros hijos, usando experiencias propias o de otras personas. Por otro lado, el modelaje para la enseñanza de valores tiene un gran efecto de confianza y convicción genuina entre lo que decimos y hacemos. Cuando ambas acciones concuerdan y los hijos tienen modelos positivos en sus padres y familias, se crían observando buenas conductas, modales y valores. Ese es el mejor legado que se les puede obsequiar a nuestros niños.  

Los educadores, desde el ámbito escolar, reforzamos, demostramos y modelamos los valores a los niños, complementando lo adquirido en el hogar.

Desde la perspectiva educativa, el maestro tiene en sus manos la responsabilidad de igualmente enseñar los valores en la sala de clase a través del currículo escolar usando estrategias educativas. Eso garantiza que los mismos sean internalizados y reforzados en beneficio del desarrollo moral del niño. Los niños y jóvenes esperan de sus maestros un modelaje especial, diferente al del hogar. La figura del educador es relevante en la vida de los estudiantes y estos siempre lo recordarán más por su modelaje que por lo que enseñaron en asuntos académicos. Honestamente, cuando llegamos a adultos, quedan en nuestras memorias con agrado aquellos maestros que nos marcaron positivamente respecto a los valores que nos enseñaron y modelaron.

¿Cuánta razón o validez tienen los argumentos de los maestros que no participaron en la investigación?  Podemos decir que desde su perspectiva tienen razón en parte: los valores se enseñan, pero también valen más cuando se modelan. Los valores se adquieren principalmente en el entorno hogareño y se refuerzan en la escuela. Realmente, los valores son asuntos de todos, no importando el rol que tengamos en la sociedad. Es necesario enseñarlos, practicarlos y hacerlos parte de nuestro proceder de vida dando el ejemplo a los que nos rodean.

Me dejas saber qué opinas del tema y si quieres compartir con la comunidad D´Valor tus experiencias y opiniones no dudes en escribirme. Estoy lista para contestarte.