Procrastinar: el enemigo oculto de tus metas
/Qué refrán maravilloso: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Creemos en él firmemente al momento de decidir y hacer tareas importantes con tiempo y precisión. ¿Cierto? Si pensamos un poco, realmente el refrán se va desvaneciendo de nuestra mente cuando vamos posponiendo ese trabajo, considerado relevante, por horas, días, semanas o sencillamente se queda en el olvido. De hecho, siendo honesta, tengo que admitir que en una gran cantidad de ocasiones he procrastinado labores, proyectos y actividades. Reconozco que al hacerlo, causa angustia, mucha presión y stress.
¿Qué palabra describe algo tan pesado? ¡Procrastinar! La palabra procrastinar (hasta pronunciarla da trabajo) significa aplazar o detener el cumplimiento de una acción para reemplazarla eso por otra actividad menos relevante. Esa actividad que reemplaza la primera es más agradable, simple y de mayor relajamiento. Procrastinar es un enemigo oculto para el cumplimiento de metas a corto y largo plazo porque te quita tiempo valioso para alcanzarlas. Nos perjudica mucho más cuando lo convertimos en un hábito. Con el propósito de evaluar nuestra conducta al dejar de hacer tareas importantes, ya sean personales o profesionales, comparto contigo algunas razones que se presentan al momento de procrastinar.
- La distracción es una de las razones principales para arrastrar tareas importantes. Un ejemplo es el hábito de entrar demasiadas ocasiones a las redes sociales, emails, llamadas innecesarias en horas de trabajo.
- Cuando la tarea es difícil o cuesta esfuerzo realizarla puede existir la tendencia a retrasarla y dejarla para el último momento. Por ejemplo: un informe oral o un proyecto de fin de curso en la universidad.
- El miedo también puede ser una razón para procrastinar asuntos importantes como una cita médica, una intervención quirúrgica o ingresar a la universidad para iniciar una carrera profesional.
- El agotamiento físico y mental te puede hacer cambiar de tarea y obviar la premura de concluirla, esto cuando tienes demasiados pendientes o una larga lista de quehaceres.
¿Te identificaste con alguna de las razones antes expuestas? ¿Tienes otras que añadir a tu lista? Estoy segura que son muchas más, pero lo importante es que las reconozcas para que les prestes atención a lo que te hace procrastinar.
Veamos cómo podemos disminuir el hábito de procrastinar con estas armas valiosas para ahuyentar a este enemigo oculto:
- Si te distraes tanto como yo, identifica en qué momentos del día estás más receptivo para trabajar. Separa un tiempo definido para disfrutar de esa distracción. En mi caso, durante la mañana entro a las redes sociales, veo los correos electrónicos y después me enfoco en las tareas de trabajo.
- Establece prioridades de quehaceres, asignaciones o tareas. Como regla general doy prioridad a las que considero más complicadas, combinadas con las que más disfruto y las de mi especialidad para mantener el entusiasmo. Establece cuáles son tus prioridades, anótalas en agenda y trabájalas según tu preferencia.
- Trabaja con los temores o los miedos a ejecutar acciones. Procura mantener una actitud positiva ante los desafíos que puedas enfrentar y crea un plan en caso de que la acción no resulte como tú esperabas. Mantente informado, el conocimiento quita el temor.
- Crea espacios de descanso y esparcimiento cortos en medio de las tareas o proyectos difíciles y extensos. Estos lapsos te despejarán física y mentalmente. Considera compartir y delegar si es necesario. Las metas se logran más rápido si las compartimos con otras personas.
No olvides que procrastinar es el enemigo oculto de tus metas. Tampoco estás solo, Pier Steel, quien se considera un procrastinador crónico recuperado, dice que el 95% dilata sus obligaciones. Así que mucho ánimo al momento de romper con esos hábitos de procrastinación. Espero te haya gustado el tema y no dejes de compartir tu opinión y comentarios.